Tírate a la piscina


T írate a la piscina

Todos apreciamos el trabajo de los salvavidas cuando vamos a la piscina. Te proponemos una prueba: intenta realizar su trabajo en el minuto y treinta y cuatro segundos que dura este vídeo. Seguro que después, aún les admirarás más.

En algún momento de esta grabación, un niño comenzará a luchar por su vida. Intenta ver de quién se trata antes que el salvavidas.



Después de ese ejercicio, me imagino lo que debe ser mantener ese nivel de atención durante ocho horas y mi admiración adquiere dimensiones catedralicias. Nunca más pensaré que su trabajo es, sencillamente, sentarse al lado de una piscina tomando el sol.

El próximo ejercicio es para las personas que disfrutan tanto de leer que no escriben. No se ven capaces. Bueno, yo nunca seré un salvavidas, pero me vino bien el ejercicio anterior.

Escribir un relato corto, aunque luego no se lo muestres a nadie, hará que aumente tu placer al leer los escritos de otros.

5 comentarios :

  1. Pues yo encajo en la definición: me gusta tanto leer que apenas escribo. ¿Para qué escribir cuando otros lo hacen para ti? ¿Para qué luchar con los personajes cuando otros participan en esa guerra gustosos? ¿Para qué buscar un final para una historia cuando hay alguien estrujándose los sesos? ¿Para qué? Pues para convertirse en un escritor real y dejar de ser uno que sólo inventa espectaculares comienzos de novelas en su cabeza...

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  2. Mi marido es escritor y le encanta este blog. Ole vosotros!

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  3. Sinceramente, el trabajo de un socorrista es bastante duro y creo que no sería capaz de hacerlo, pero sí soy de las que además de leer escribo.
    Una buena entrada =D
    Saludos desde Sumergidos entre Libros y Tina-Jack

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  4. Hay muchos trabajos infravalorados, por desgracia. Como curiosidad, confesaré que mi atención es mayor de lo que creía; me he dado cuenta un pelín antes que el socorrista.
    Sobre el segundo ejercicio: es verdad que es bueno escribir para entender mejor lo que escriben los demás (la empatía funciona siempre), pero también es cierto que lo que leemos, siempre y cuando sea bueno (y con bueno no me refiero solo a la literatura ya publicada, sino también a la de la comunidad bloguera), nos influye y nos hace crecer como escritores.
    ¡Un saludo! :)

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