Propósito de año nuevo


Propósito de año nuevo

Algunos libros, además de ser buenos, contienen frases geniales. Por supuesto, una novela puede ser una obra maestra sin contener ninguna frase lapidaria, pero en este siglo XXI donde twitter, facebook y whatsapp forman parte de nuestra cotidianeidad, crear alguna frase que la gente quiera compartir con el mundo entero puede jugar muchísimo a nuestro favor.

Si Shakespeare viviera ahora e intentara colgar Hamlet en Amazon, ¡Qué bien le vendría que los internautas compartieran su “Ser o no ser, esa es la cuestión”!

Mañana empieza mi reto de 2014. Escribir una frase cada día, sin saltarme ni uno. Intentaré incluir frases graciosas: (“Con tanta corrupción, ayuntamiento debería escribirse con H… Hay Untamiento”) , frases con paradoja: (“Si tus padres no tuvieron hijos es posible que tú tampoco los puedas tener”), versiones torcidas de frases conocidas: (“Más vale tarde que nunca, pero aún mejor que te toque la lotería y no tener que ir”) y descrip­ciones inusuales (“Antes de llover, las nubes se visten de luto”).

El 31 de Diciembre de 2014 mi lista tendrá 365 entradas. La mayoría serán pobres, patéticas o demasiado forzadas, pero igual me hago con una docena de oraciones originales y notables para incluir en futuras novelas.

Evitando reseñas negativas

Evitando reseñas negativas

Ayer hablamos de las reseñas negativas y cómo mentalizarse para aceptarlas. Es inevitable que nos disgusten, pero sabemos que evitarlas todas sería imposible.

Ahora bien, una buena manera de lograr que no escriban una opinión negativa de tu obra en amazon o en goodreads es esta: No intentes vender tu libro a todo el mundo. Sé muy claro a la hora de posicionar tu novela respecto al género al que pertenece. Perderás ventas, pero serán justo las que no querías, las de lectores que esperan una cosa y se encuentran con otra; las reseñas que al final dañan las ventas de forma permanente respecto a tu público objetivo de verdad.

Crítica

Crítica

Una mala crítica es inevitable. Además, es una buena señal por dos razones. Primero, porque has acabado tu novela y segundo, porque alguien la ha leído.

Si la crítica es tan terrible que necesitas una inyección de ánimo piensa en el compositor Schoenberg, considerado uno de los más grandes del siglo XX.

Su segundo quarteto de cuerda fue tan mal recibido por público y crítica que el periódico de Vienna publicó la reseña en la sección de crímenes.

Metáfora

Metáfora

En este video veo a una escritora que colgó en Amazon su primera novela de la que, desafortunadamente, no vendió ni un ejemplar; vamos, un bata­cazo total. En vez de desanimarse, enseguida se puso a escribir su siguiente novela. ¡Y lo consiguió!

Esa es la conclusión a la que he llegado… Igual tú ves otra cosa.

Se me olvidó


Se me olvidó

Ayer hicimos un ejercicio que consistía en examinar nuestro uso de la palabra “muy”.

Ten cuidado con “mejorar” el vocabulario de tus protagonistas. Los diálogos deben reflejar la realidad, y la realidad es que cuando hablamos no tene­mos tiempo para escoger bien las palabras. El lenguaje coloquial no es perfecto.

La frase “Estoy muy pero que muy, muy contento” es perfectamente aceptable si la dice uno de tus personajes. Uno. Sólo uno. Si la dicen todos, si tu novela está plagada de personas diciendo “estoy muy pero que muy, muy enfadado” y “estoy muy pero que muy, muy cansado” entonces ya no se tratará de la forma de hablar del personaje, sino de la forma de hablar del autor.

Siempre se ha comentado que el autor tiene que “encontrar su voz”; pero es mucho más complicado que eso. Tiene que encontrar su voz y además la voz de cada personaje que aparece en la novela. Luego está el estilo… pero de eso hablaremos en posteriores posts.

Un consejo muy bueno


Un consejo MUY bueno

Hoy te propongo una nueva idea para la revisión de tu manuscrito terminado. Usa la función “buscar” de tu tratamiento de textos para localizar todas las veces que has utilizado el adverbio “muy”. Estudia cada uno de los casos; puede que te interese reemplazar, por ejemplo, “muy bonito” por “precioso, “muy grande” por “enorme” o “muy flaco” por esmirriado.

Descubrirás algo sobre tu forma de crear. Si el escrito está plagado de demasiados “muy”, puede deberse a que te funciona el sistema de escritura rápida para plasmar la historia con frescura y ritmo, aunque luego necesites repasar para pulir el lenguaje. Si hay pocos, igual eres un autor que se piensa mucho cada frase antes de seguir.

No hay un sistema correcto para todo el mundo, el bueno es el que te funciona, con el que estás más cómodo. Lo único importante es que el resultado final sea una novela muy buena… (ups, perdón) una novela excelente.

Solidaridad navideña


Solidaridad navideña

Se acerca la navidad y, como cada año, las televisiones se dedicarán a emitir peliculas edificantes con finales que nos ponen un nudo en la garganta. No os quiero adjuntar un spoiler para “Cadena de favores”, de Haley Joel Osment y Kevin Spacey, porque seguramente (si no la has visto ya) tendrás la oportunidad de verla estas vacaciones. Sin embargo necesitas añadir su arma secreta emotiva a tu arsenal de escenas impactantes.

Aquí está.

Una escena de solidaridad por un grupo de desconocidos garantiza un buen nudo en la garganta y una lágrima en el ojo de tu lector.

El ejemplo que te voy a explicar a continuación ocurrió hace pocos días. Una niña de 8 años de edad con leucemia recibió la noticia de que le quedan dos semanas de vida. Uno de sus últimos deseos fue presenciar la navideña tradición de un grupo de personas que van a las puertas de las casas para cantar villancicos. Esta foto muestra a esos desconocidos que acudieron para cumplir su sueño.

Cuando te hayas secado las lágrimas, apúntate el truco en tu lista de cosas que pueden ocurrir en tu novela. “Emotiva muestra de solidaridad por desconocidos en masa”.

Parejas dispares


Parejas dispares

Los animales triunfan en internet. Hay videos y fotos por doquier, pero las que más triunfan son las de parejas dispares. Un león es bello, un fauno es entrañable, pero un león con un fauno se convierte en un éxito viral. Estás sumando no dos, sino tres elementos: dos personajes y una relación imposible.

Apliquémoslo a nuestra novela. Si va de detectives, piensa “¿quién no suele llevarse bien con un poli?” y haz que la novela tenga como protagonistas a un policia honrado y un fugitivo. Si es romántica, pregunta “¿quién no se interesaría jamás por una inmigrante ilegal analfabeta?” Un millonario ingreído. Ahí tienes tu pareja. Si se trata de una obra de fantasía, busca tu héroe y haz que comparta aventura con un cómplice indigno de su rango: Un príncipe refinado que tiene que cumplir una misión junto con un duende flatulento.



Uno más uno igual a tres.

Un personaje + otro personaje + una relación inusual.

¿Lo ves?


¿Lo ves?

¿Ves la foto? ¿Crees que todo el mundo ve lo mismo que tú? ¡Claro que sí!

Pues claro que no.

Ves una escena sexual porque posees un conocimiento previo del aspecto que ofrecen dos personas desnudas abrazándose en actitud amorosa. En un estudio psicológico se pudo comprobar que si el observador es un niño de muy corta edad no va a ver la misma escena que tú; él ve delfines. Sí, delfines. Mírala otra vez.

Si en tu libro aparece la frase “un buen desayuno” un madrileño puede pensar en churros con chocolate; un inglés visualizará alubias con huevos, béicon y salchichas, y a un francés le invadirá el maravilloso aroma de unos buenos croissants recien horneados.

Tener claro quiénes son tus lectores te ayudará a utilizar el código del lenguaje de una forma más profunda y sugerente.

Cuestión de principios


Cuestión de principios


Una frase aislada puede decir poco sobre la calidad de un autor o su obra. “Un crujido sordo rompió el silencio”. ¿Es buena la frase? ¿Es de un premio Nobel? ¿Es de un bestseller? ¿Me la acabo de inventar?

Fuera de contexto podría ser cualquier cosa, porque una novela no es simplemente una colección de buenas frases. Es un conjunto armonioso y coherente que va creciendo, evolucionando y dando vida a personajes, a historias.

Pero (siempre hay un pero), existe una excepción. La primera frase. La primera frase de un libro no depende del contexto, ya que es el génesis de la historia. La mayoría de escritores se esfuerzan por crear primeras frases que abran su novela de forma magistral.

Estoy añadiendo a mi bloc de notas “1001 cosas que pueden pasar en una historia” una nueva lista, la primera frase de mis libros favoritos. Estoy aprendiendo mucho, te recomiendo el ejercicio.

Descríbeme


Descríbeme


La apariencia de tu personaje principal puede ser muy importante; por poner un ejemplo, sería incluso central en una trama sobre baloncesto que esa persona fuera muy alta. En una novela con tensiones raciales necesi­tamos saber el color de la piel. Si lleva una cicatriz en la cara, le pueden confundir con otra persona con esa misma marca, ¡ay, qué buen principio para una aventura!

Si la apariencia exterior no supone un elemento fundamental de la trama, también tienes una decisión que tomar: describir o no describir. Si la narra­ción es en primera persona y no me das detalles, puedo visualizar a ese YO de la novela como la persona que veo en el espejo y tanto quiero.

De todas formas, decide pronto. Si después de 400 páginas de imaginarme a un personaje rubio con ojos azules, vas y me dices que es bajito, gordito y pelirojo, me voy a enfadar.

¿Cuánto puedes llegar a vender al público anglosajón si consigues triunfar en Amazon?

¿Cuánto puedes llegar a vender
al público anglosajón
si consigues triunfar en Amazon?


Si autopublicas en Amazon en castellano es fácil saber, más o menos, cuántas copias venderás, sobre todo si logras posicionarte en los Top 100, o aún mejor, en los Top 10 de kindle->castellano->erótico u otro apartado igual de delimitado.

¿Y en inglés? Si tienes en cuenta que hay más personas angloparlantes, que suelen leer más, que el libro electrónico tiene mas aceptación entre esa población y que hay menos piratería, está claro que las ventas te irán mejor.

Theresa Ragan, una autora de California que ha vendido 550.000 novelas en dos años, está recopilando datos al respecto.

En la misma semana ella posicionó tres de sus libros, en inglés, en Suspense Romántico de Amazon. Uno era el nº18 (nº446 globalmente) y vendía 125 libros al día. Otro era el nº40 (nº1.087 globalmente) y vendía 80 ejemplares al día. El tercero era el nº69 (nº2.182 globalmente) y vendía 65 libros al día. Interesantes números, yes sir!

Un golpe de suerte

Un golpe de suerte

Un jueves por la tarde, hace muchos años, viajaba en tren desde Valencia a Madrid; me esperaban unas largas seis horas en aquel vagón. ¿Y a quién tenía al lado? Al director de cine Bigas Luna, el que dirigió la primera pelicula en la que coincidían Javier Bardem y Penélope Cruz. Disponía de seis horas para, de forma sutil, mencionarle que escribo y dejarle una copia de mi guión. ¡Vaya golpe de suerte!

Pues no.

Suerte cero, porque no escribía guiones. Es imposible tener una copia escondida en la maleta de algo que no existe.

Lástima.

Ahora una pregunta. ¿Tienes ahora mismo contigo una copia en papel, encuadernado en espiral, de tu novela? ¿La llevas en tu maletín o en el coche cuando vas de viaje? Imagina esta escena: Ves a una mujer con su hijo en el arcén de la carretera. Se le ha acabado la gasolina. Te ofreces a llevarles hasta la gasolinera y traerles de vuelta. En el camino charláis y descubres que trabaja como editora en Random House Mondadori.

Es poco probable que ocurra, pero si pasa y no llevas contigo tu novela, te vas a acordar de este artículo, y de todos mis ancestros.

Una estructura clásica


Una estructura clásica


Un anónimo genio de la narración ha colgado una foto en internet. La descripción de la imagen es un relato corto en tres frases con final sorpren­dente. Veamos el texto:

Mi compañero de habitación me quitó las llaves del coche a la cinco de la madrugada. Diez minutos más tarde oí un golpe estruendoso y brutal. Buena decisión, pensé.

Analicemos:

1: Mi compañero de habitación me quitó las llaves del coche a la cinco de la madrugada.

Un comienzo lleno de posibilidades, dejando preguntas por contestar. ¿Robo? ¿Sorpresa? ¿Venganza? ¿Imprudencia?

2: Diez minutos más tarde oí un golpe estruendoso, brutal.

Se resuelve el enigma. Un accidente de tráfico.

3: Buena decisión, pensé.

Una frase sarcástica que resume la indignación del narrador.

Ahora viene lo bueno. Mira la foto y te darás cuenta que te ha hecho un doble juego. El final sorprendente se revela cuando ves la escena y tu cerebro tiene que re-escribir la historia; en este caso la clave es el derribo por el peso de la nieve del tejado del garaje. Estos cuatro pasos (1: Preparación 2: Supuesta resolución 3: Prematura reacción 4: Giro sorpren­dente) pueden usarse como estructura de un párrafo, un capítulo o una novela.

Longevidad


Longevidad


Últimamente he leído en varios medios algunos artículos coincidentes en una idea: que si te limitas a escribir novela romántica te condenas a una carrera corta como novelista; tendrás salida mientras dure la moda de “50 sombras”.

Es ya demasiado tarde para preguntarle sobre este tema a la novelista Ida Pollock, que murió ayer a los 105 años. Escribía novela romántica y erótica y si no la conoces es porque utilizaba diez seudónimos distintos. Durante su larga carrera publicó 123 novelas, lo que demuestra que nunca se le ago­taron ni las ideas ni el entusiasmo por escribir. Teniendo en cuenta que el año que viene se publicarán sus novelas número 124 y 125, creo que si hubiera leído los artículos que he mencionado al principio, se hubiera partido de risa.

Cuerpos Perfectos


Cuerpos per f ec tos
Me gustan las chicas guapas, esas de medidas perfectas, de exquisitas proporciones. Así que lo tengo claro, poblaré mi novela de personas espe­ciales, bellas e imponentes, que logren emocionar... Pero, un momento, para cuerpos perfectos, para proporciones hermosas y simetría exacta (cosa que no ocurre en la naturaleza), tenemos a los maniquíes de escaparate; sin embargo aunque sí son perfectos, también son estériles; es imposible que lleguen a emocionar jamás.

Rectifico.

Un maniquí sin defectos nunca te emocionará. Aquí tienes un video con una música preciosa de fondo para que puedas realizar el ejercicio de hoy: pasar los cuatro minutos y medio que dura la grabación meditando sobre la belleza de la imperfección.

Cuando no te salen las palabras


Cuando no te salen las palabras


Deléitate en las palabras. Nuestro cerebro y su relación con el lenguaje es una especie de milagro, de magia fantástica.

Por eso muchas veces sentimos una fuerte frustración cuando tenemos una idea estupenda y no acabamos de encontrar el vocabulario preciso que la defina como nos gustaría.

En momentos así miro este video de un paciente que sufre de afasia de Wernicke. Es inteligente. Sabe lo que quiere decir, pero su cerebro es incapaz de formar las palabras. La entrevista está en inglés pero da igual porque es incapaz de pronunciar otra cosa que no sea “to-no”. Al final del video logra contar hasta cuatro, pero contar hasta veinte se le escapa.


Chicos, tenemos mucha suerte.

Una fórmula para sorprender


Una rmula para sorprender

Crea un personaje muy manido. Un estereotipo. De los que no sorpren­den, de los que se ven venir. Por ejemplo, de un motero cincuentón, bar­budo, gordo y tatuado, nos esperamos que tenga mal carácter.

El segundo paso es crearle una personalidad totalmente opuesta a lo que indica su apariencia exterior.

Esto funciona y te lo demostraré. En Estados Unidos hay una organización de moteros voluntarios que acuden a proteger y apoyar a niños maltratados. Trabajan en casos muy duros: niños que han sido violados por un familiar y que, a pesar de haber cambiado de domicilio para alejarse del maltratador, el miedo que siguen padeciendo no les permite ni siquiera dormir. Tienen que convivir con el pánico y el terror hasta la celebración del juicio.

La organización analiza a todos los voluntarios de forma exahustiva. Los que son aprobados para esta labor reciben el asesoramiento de psicólogos y el permiso de la familia y de la policia para que la situación sea cien por cien segura. Para empezar, se presentan en la casa para hablar con el niño o niña e informarle de que ellos van a estar 24 horas al día rodeando la casa para que nada pueda pasarle. El día del juicio es el más duro, pero el niño acude rodeado de moteros enormes y se siente más seguro. Cuando llega el momento de subir al estrado los moteros lo acompañan por el pasillo del juzgado y se sientan en primera fila susurrándole “no le mires a él, míranos a nosotros”.

Fotos de los moteros

En un caso reciente el juez le preguntó a un pequeño si tenía miedo, y el niño respondió “No, porque mis nuevos amigos me protegen y dan más miedo que él”.

¿Sorprende? ¿Emociona? ¿Verdad que sí? Pues guarda esa técnica en tu bloc de ideas: Estereotipo claro/Personalidad totalmente opuesta.