Sentando cátedra


Sentando cátedra

Una catedral nos transmite su mensaje místico a través de los cinco sentidos, vista, olfato, oído, tacto y gusto. Nos atrapa tanto su arquitectura imponente, como los sugerentes claroscuros en los que juegan esos rayos de luz proyectados por unas ventanas
tan altas que no nos queda más remedio que mirar hacia arriba, como en gesto de súplica. Y cuando el aroma del incienso invade nuestras fosas nasales mientras unos cantos gregorianos suenan solemnes, nos vemos sumergidos en un ambiente casi irreal. Somos conscientes de que esa madera que acariciamos, también la sintieron las manos de los antiguos cruzados. Y aquellos que reciben sobre su lengua el cuerpo de Cristo vuelven a esos bancos de madera con la emoción viva del creyente.

Quiero aprender algo de ese ataque frontal a los sentidos. Intentaré hacer lo mismo con una descripción.

Juan abrió la puerta. Era alto, musculoso y rubio (VISTA). Olía al perfume Old Spice, que me recordaba a mi padre (OLFATO). Empezó a hablar y su voz era ronca, de recién despertado (OÍDO). Me dio la mano y noté los callos de años de trabajo en el campo (TACTO). Inconscientemente, me lamí el labio inferior y me excitó el sabor salado de mi propio sudor (GUSTO).
Bravo. Lo he hecho todo, pero el lector no está analizando nuestra técnica. No llegará al final del párrafo pensando, “Vaya maravilla. Ha utilizado los cinco sentidos para captar mi atención”. Con suerte nuestro querido lector no se saltará tan pesada y fea descripción, pero que le hayamos emocionado, seguro que no. La intención era buena, la ejecución, no. Vamos a pulirlo.

Con un chirrido se abrió la vieja puerta, apareció la cabeza de Juan secando su rubio cabello con una toalla.
Hemos bajado de sesenta palabras a veinte. El chirrido se oye, sabemos la pinta de Juan, melena rubia, huele a recién duchado. Queda a la imaginación del lector si está desnudo o no. Hemos hecho algo de trampa porque no hacemos referencia ni al tacto ni al gusto, pero tal como nos abre la puerta Juan, no nos extrañaría que llegarán más pronto que tarde.

3 comentarios :

  1. Me encanta la entrada, es maravillosa. Y tienes una manera de contarlo muy graciosa y fácil de entender.

    Un saludo enooorme (Laidy T)

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  2. Respuestas
    1. Sí. La sagrada familia en Barcelona. Es una maravilla y entiendo tu pregunta, parece tan perfecto que podría ser una simulación de algún videojuego de última generación.

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