Moviendo la novela

Moviendo la novela

Una editora me confesó que de vez en cuando, a escondidas, cuando visita una librería recoloca los libros de su editorial para que se vean más y mejor. Lo comprendo. Me encantan las estanterías que te encuentras justo delante de las escaleras en la FNAC. Allí está lo más actual, lo más vendido, los autores de éxito. Quiero ver mi novela ahí con Ken Follett y J.K.Rowling.

Dando la vuelta a la última planta imaginé la tentación que puede sufrir un autor que encuentra su libro en esas escondidas estanterías junto a los de ‘cocina’, ‘autoayuda’ o ‘literatura nacional’. ¿Se atreverá a trasladarlos, al menos un par, y ponerlos sobre del montón de ejemplares de ‘los juegos del hambre’? Total, por perder un par de ventas no creo que Suzanne Collins pase hambre, ¿verdad?

Se me ocurrió un juego mental. Escogía un tomo, leía la contraportada y lo dejaba en su sitio. Me iba a otra sección e imaginaba reescribir ese libro para que cupiera en la nueva sección.

Me quedé con ‘La comida de la familia”, y me fui directo hasta los de ciencia ficción. ¡Qué bonito!, una novela sobre un cocinero en una estación de paso intergaláctica. Da para mucho humor; los del sistema solar de la estrella Vega podrían ser alérgicos a los vegetales: veganos que sólo comen carne. Da para misterio, un asesinato. ¿Quién escondió el informe de que esa raza es alérgica a la salsa con antimateria? Da para romance; el cocinero está enamorado de una camarera, pero ¿podrá romper los prejuicios xenófobos de su pueblo y plantearse una relación con esa extraña habitante del otro extremo de la vía láctea: una humana?

Siguiente libro. Un libro sobre la crisis (hay muchos y se venden bien). Me acerco a otra sección, la de novela histórica. ¡Madre mía! Me gusta la idea. Una novela sobre una persona, o una familia, o un barrio y cómo vive la crisis, pero la crisis de 1929, o la crisis de cuando las máquinas reemplazaron a los tejedores, o la crisis que siguió a la caída del imperio Romano. Cercano y lejano a la vez.

No pondré más ejemplos, pero sí deberes. Ve a tu librería favorita y encuentra una pareja de libros que te inspiren una buena historia.

De joven iba a librerías para ver lo que quería comprar y leer. Hoy, también me sirve para ver lo que me gustaría escribir y vender.

8 comentarios :

  1. Caramba, sinceramente es una muy buena idea para practicar en el ámbito de la creatividad. Creo que después de leer esto, mi siguiente visita a una librería será completamente diferente

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  2. Hola.
    Soy nueva por aquí y si me aceptáis vengo para quedarme porque comparto la afición a la escritura y tengo muchísimo que aprender.
    Casi desvelas la trama de mi próxima novela con esto de las mezclas de libros...ja,ja. Ahí ando dándole vueltas y pasándomelo bien con el ejercicio de imaginación que al fin y al cabo es de lo que se trata.
    Un saludo y enhorabuena por el trabajo. Me encanta el blog.

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  3. Me encantan tus ejercicios, lo sabes, ¿verdad? Y este de manera especial, porque lo hice alguna vez de juego cuando era niña y aún hoy, con mis hijos, jugamos a mezclar libros y tramas a ver qué sale, aunque nunca me lo planteé hacerlo en serio. Gracias por compartir tantas cosas buenas... ♥ ♥

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  4. yo la proxima vez me voy a una libreria voy a hacer esto. No me sacaran de alli ni con cubos de agua hirviendo que divertido ja ja ja

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  5. Qué buena idea, creo que si algún día tengo la oportunidad, haré lo mismo ;)

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  6. Me has dado buenas ideas para cuando vaya a una librería. Aunque mayormente yo escribo no las historias que quisiera leer, sino las historias que mi alma se muere por contar ;)

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  7. ¡Qué idea tan fantástica! La próxima vez que vaya a una librería, la pondré en práctica aunque sea por mera diversión :-)

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  8. Yo nunca he encontrado lo que quería leer, de modo que lo escribo

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