Estaba el señor don Gato...

Estaba el señor don Gato...

Ayer se nos ocurrió realizar un experimento que resultó ser un auténtico fiasco.

Cada día, cuando anunciamos en grupos de Facebook el nuevo artículo de Soncritores, usamos la imagen que ves como cabecera de cada post: un libro estilizado con un post-it encima. Dependiendo de la temática, pone Queremos planificar una novela, Queremos escribir una novela o Queremos publicar una novela. Y esa imagen (diseñada por Begoña Redondo Prieto) es nuestra seña de identidad.

Pero ayer nos entró la vena innovadora y decidimos llamar la atención con un cambio de imagen convencidos de que así atraeríamos a más lectores. El artículo (es posible que no lo vieras) versaba, entre otras cosas, sobre Batman, así que pensamos ilustrarlo con una foto de nuestro gato Morris, que tiene una cara muy simpática porque parece que lleva un antifaz; igualito que Batman, oyes. Pensamos que era una apuesta segura porque, además, ¿quién se podría resistir a clicar en una foto de nuestra maravillosa mascota? Pues, decidido: la pusimos junto a un link al artículo.

Tuvimos un bajón de lectores, así que repetimos aquí el link porque igual no lo leíste por nuestra mala cabeza. Es muy peligroso jugar con una imagen establecida. Si a Coca-cola le diera una loca vena creativa y, por sorpresa, cambiara el color de sus latas del rojo al amarillo canario, seguro que per­derían ventas porque muchos de sus clientes ni las verían en el súper.

No es que no se puedan hacer cambios, pero hay que hacerlos con cabeza. Por ejemplo, cuesta muchísimo que el público llegue a conocer a un autor, a diferenciarlo de otros; se consigue tras mucho trabajo… y muchas novelas. Así que, cuando se ha conseguido, si se quiere cambiar de nombre, si se quiere utilizar un seudónimo, se debe tener claro que eso significa empezar de cero. En el mundo de la novela romántica, los lectores normalmente no buscan un determinado título, buscan “uno de Nora Roberts”. La buena muchacha ha escrito más de 200 novelas y vende como promedio medio millón de ejemplares de cada. Y ocurre con otros géneros y otros autores; los libreros están acostumbrados a la pregunta “¿Tienes algún Ken Follett o algo similar?” La gente sabe que ese autor les atrapará en una aventura que no podrán dejar hasta la última página.

Piensa seriamente antes de cambiar de nombre, de estilo, de imagen, de título o género. Aunque, repetimos, no existen normas ni verdades abso­lutas al respecto. De hecho, mañana hablaremos sobre dos famosas excep­ciones: Nora Roberts y Ken Follett.

8 comentarios :

  1. Curiosamente hoy mismo he cambiado definitivamente la imagen de mi blog. Antes, mi idea era cambiar de cabecera mensualmente, pero esto me llevaba mucho tiempo así que decidí dejar una permanente. Dicho esto, creo que a veces los cambios no son buenos, o mejor dicho, no son necesarios.

    ResponderEliminar
  2. muy chulo este artículo.

    http://mentelectora.blogspot.com.es/2013/08/10-cosas-que-detesto-de-los-libros.html#more

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que luego me he ido acordando de más cosas, como las malas traducciones del título de los libros de inglés a español. ;)

      Eliminar
  3. Soy de las que no me preocupo por los seudónimos, pues he leído nombres por ahí horrendos y son súper ventas. En cuanto a lo de la imagen... hay que tener cuidado porque se corre el riesgo de confundir al lector.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  4. Yo justo estoy en busca de un seudónimo final, porque Nozomi no me termina de cuajar. Pero hace más de un año que soy conocida con éste. Sé que si me lo cambio será difícil que me reconozcan, pero también quiero sentirme satisfecha con el nombre que escoja... En fin, todo un lío existencial :/

    ResponderEliminar
  5. No sé si el gato tuvo la culpa. Piensa que es verano y mucha gente sigue de vacaciones. No esperes el mismo tráfico cada día. Tampoco se puede comentar cada entrada…
    Sobre el seudónimo, un tema para pensar. ¿Puedo preguntarte qué opinas del mío? Aunque será difícil de cambiarlo y borraría el trabajo de un año, mejor ahora que tarde. Y para contestar por adelantado: no, ni hablar, no puedo usar mi verdadero nombre. Encima que es cien veces peor que el seudónimo. En cuanto a la imagen, de momento no quiero compartir mi cara. Lo hice una vez, y empecé a recibir mensajes privados de tíos que intentaban ligar :)))

    ResponderEliminar
  6. Me ha gustado mucho esta entrada, es cierto que cuando eres conocida con un seudónimo y cambias a otro cuesta que te vuelvan a conocer. A veces es bueno y a veces no, todo de pende de como y cuando se hace la transición.

    El tema de las marcas tienes toda la razón del mundo, por ejemplo Don limpio (un limpia-hogar que antes se llamaba Mister Proper)con el nuevo cambio de marca y de imagen publicitaria estoy segura que sus ventas majaron hasta que la gente se acostumbró al nuevo nombre.

    ^_^ Saludos.

    ResponderEliminar
  7. No soy mucho de pseudónimos. Me cuesta lidiar con mi verdadera identidad y conmigo misma, como para lidiar con un alter ego :-)....

    ResponderEliminar