Queso rallado


Queso rallado

Con la crisis estamos mirando los gastos con lupa, y en estas que le ha llegado el turno al queso rallado. En el supermercado los productos marcan su precio, y en letra pequeñita, el precio por kilo. Hemos descubierto que peso por peso, sale más barato comprar un trozo de sabroso queso semi-curado que una bolsita sin sabor de queso rallado. No es tan práctico como el de la bolsita, pero sale más barato, mucho más barato, ya que como su sabor es más fuerte necesitas usar menos.

Cuando tienes mucho trabajo, dispones de dinero pero careces de tiempo; con el queso ya rallado canjeas minutos por euros. Sin embargo, cuando hay poco trabajo, también escasea la pasta, pero a cambio tienes un montón de horas a tu disposición.

Si eres un autor sin grandes recursos económicos puedes hacer algo similar. Ya que no puedes invertir en contratar un corrector y un editor, tendrás que “rallar el queso” tú mismo. Nunca lograrás el mismo resultado que un experimentado profesional, pero gastando mucho tiempo (eso que sí tienes), y repasando una y otra vez tu texto, puedes producir un manuscrito limpio y correcto.

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