Rabia positiva


Rabia positiva

Me voy a inventar una historia y me gustaría que me acompañaras durante todo su recorrido. Te diré más, me gustaría también, si puede ser, que no te limites a leerla, sino que la vivas, y… más aún, que la sufras.

Imagina que presentas tu novela a un certamen litarario importante. El premio es un cheque con muchos ceros y te la va a publicar una de las editoriales más prestigiosas del mundo. Tu agente te ha animado mucho, tiene un contacto en el jurado, ¡las posibilidades de ganar son altísimas! Pero unos días antes del anuncio del fallo, te llama muy abatida y te comenta que no; gracias a su contacto se ha ente-rado de que hay otra novela que está enamorando literalmente al jurado. Lo más seguro es que sea ésta la que gane. Tu agente ha conseguido un ejemplar, “¿Quieres verlo?” Y tú, claro, te tiras en plancha a por él.

Lo que quieres hacer es triturarlo, quemarlo, borrarlo de la faz de la tierra aunque no consiguieras nada con ello… bueno, sí, desahogarte. Te decantas por algo más racional como llevártelo a casa y leerlo detenidamente. Tu rabia no te permite disfrutarlo. Subrayas con una sonrisa malévola cada fallo de ortografía, cada frase mal construida, cada uso de un adverbio largo e innecesario. En cuanto a la historia, tomas apuntes y encuentras cada contradicción de la trama, cada fleco sin explicar, cada personaje que actua de una forma que no es coherente con el relato. En dos o tres días irás a ver a tu agente para demostrarle que el manuscrito de tu rival es una porquería que jamás se debería haber presentado a un certamen literario.

Quédate con esa rabia. Es un sentimiento mezquino, feo y negativo pero lo podemos utilizar de forma positiva.

Cuando te toque repasar tu propio manuscrito, debes recordar esa sensación. Esas ganas de buscar sin misericordia cada mínimo fallo.

Amas a tu novela. Cuando la repasas no hay agresividad, dedicas más tiempo a disfrutarla, a revivir el relato, que a criticarlo con objetividad. “Qué bonita me quedó esa escena”, “Me encanta este capítulo”, “Ay, me pone los pelos de punta cada vez que leo el final.” Cállate. Eso lo tienen que decir los lectores, no tú. Si de verdad amas tu novela, destroza cada página con hachazos de boli rojo para poder mejorarla.

6 comentarios :

  1. Uno de los mejores post entre todos los que habéis publicado, y ni los otros fueron malos. De maravilla. Me dio esperanzas hasta la última línea cuando sufrí un apagón total... Gracias

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  2. A seguirlo fielmente este consejo que señalas =)

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  3. Hola!!
    Creo que es muy cierto, el principal crítico debe de ser uno mismo, no dejarse cegar por la ambicion y la confianza y corregir nuestros propios trabajos, realmente increíble.

    Saludos!!

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  4. Un muy buen consejo a seguir. Me encanta la forma de enseñar del grupo Soncritores. Gracias ♥

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  5. ¿Estas cosas pasan de verdad? Si me pasara a mi, no tendría la fuerza de leer la otra novela con serenidad...

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  6. ¿Estas cosas pasan de verdad? Si me pasara a mi, no tendría la fuerza de leer la otra novela con serenidad...

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