Desayuno con diamantes (en bruto)


Desayuno con diamantes (en bruto)

Estaba desayunando en una cafetería y en la mesa de al lado un hombre y su hija mantenían una animada conversación. No pude evitar prestar atención cuando oí la palabra “escritora”.

–Es un libro alucinante, Papá: una chica del futuro tiene que pelear a muerte en unos juegos brutales que te ponen los pelos de punta.
–¿Tanto te ha gustado?
–¡Muchísimo! Cuando lo acabé pensé, jo, me gustaría ser escritora.
–Pues con las notas que sacas, ni lo sueñes. Piensa en algo más realista, cariño. No te veo de novelista famosa. ¡Qué tonterías dices, hija!

En ese momento, la adolescente recibió un mensaje y dijo que tenía que irse. Le dio un beso a su padre y salio del local. Decidí entablar conversación con el hombre.

–Vaya con los hijos, ¿eh? ¡Escritora, nada menos!
–Ya ves, tonterías de cría. Yo esos pájaros se los quito pronto de la cabeza.
–Ya… vamos, como si un camionero viera una película impresionante y decidiera abandonar su trabajo para dedicarse al cine.
–Exacto, veo que me entiendes.
–Bueno, te entiendo, pero ¿me permites contarte un caso real?
–Cuenta.
–Cuando se estrenó La Guerra de las Galaxias un camionero la vió y le inspiró lo suficiente como para dejar su trabajo y dedicarse al cine. Hizo un corto, alquilando todo el equipo. Sabía tan poco que se tiró casi un día entero sólo intentando entender cómo funcionaba la cámara.
–¡Ja, ja, qué loco!, ¡vaya fracaso! Se lo contaré a mi hija.
–Ya que se lo quieres contar, te digo el nombre del “fracasado” para que lo hagas con todos los datos: James Cameron.
–No me suena.
–El director de Titanic, Terminator, Alien, Mentiras Arriesgadas y Avatar.
–Vaya, no vi Avatar pero me haría ilusión.
–No me quiero meter donde no me llaman, pero tu hija también tiene ilusiones, y mucho más ambiciosas: no se limita a querer ver Avatar, quiere escribirlo. Puede que no consiga que la publiquen o puede que sí. Lo que es seguro es que aprenderá a ser más creativa, a dominar mejor nuestro impresionante código del lenguaje y se empapará de cultura mientras disfruta. Es posible que hasta descubra quién es James Cameron sin que se lo diga un desconocido en una cafetería.

El hombre no me dijo nada, sólo me sonrió y me tendió la mano. Pocas veces en mi vida me he sentido tan bien.

16 comentarios :

  1. Recibí comentarios similares cuando empecé, mi familia no me creía y algunas amistades me dijeron que escribiera sin importar si me leían o no, pero nada me sacó de mi objetivo.
    Me encantó el juego de palabras que hiciste con el título

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  2. Recibí comentarios similares cuando empecé, mi familia no me creía y algunas amistades me dijeron que escribiera sin importar si me leían o no, pero nada me sacó de mi objetivo.
    Me encantó el juego de palabras que hiciste con el título

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  3. ¡Buenísimo!, suele pasar que quienes más deberían apoyarte son los que intentan que dejes tus sueños, triste pero cierto.

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  4. Lo que dices muy es cierto, incluso yo me siento identificada. Ojala a ese padre le halla servido, aunque sea para reflexionar, darse cuenta de que tiene que apoyar a su hija y no destrozar sus sueños. Es una pena pero ahí demasiadas personas así.

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  5. Mi familia nunca entendió porque decidí ser escritora. Lo peor... es que son indifirentes. Lo que yo haga no les importa, a menos que vean dinero de por medio.

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  6. ¡Ay, Dios! No sabía quien era James Cameron. El mundo se va al garete muy pronto.

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  7. ¡Qué buena experiencia! Me ha encantado leerla y entiendo que te sintieras tan bien :)

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  8. Se consigan o no los sueños, siempre es maravilloso soñar.

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  9. Hacer cosas creativas es siempre algo beneficioso para el espíritu.

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  10. Un apunte: en verdad, James Camron ya era un aficionado al cine desde pequeño, la cosa no vino de repente, ya hacía sus cosillas, pero no tenía suerte.
    Yo creo que, a lo mejor, el padre no tenía fe en su hija porque, quizás, es de esos niños/adolescentes que cada día quieren ser algo diferente y por eso no se la tomaba en serio.

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  11. Esta entrada sería una buena respuesta a la pregunta: "¿y de qué sirve la cultura/el arte/perseguir lo que puede (o no) ser un espejismo?" Además de para caminar, claro.

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  12. Como siempre muy bueno. Lo comparto en twitter y en mi fb.

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  13. Aprendí a leer con seis años y a los siete ya escribía mis pequeños cuentos.
    Leía todo lo que aparecía por casa; todo y me convertí en lectora convulsiva.
    En casa no me dejaban leer; me decían que me volvería tonta y que me estropearía la vista.
    Leía a escondidas por la noche sumergida entre las sábanas, alumbrada por una pequeña linterna.
    Cuando de mayor les dije a mis familiares que había escrito una novela y que me habían dado un premio, menospreciaron mi trabajo.
    La novela era un chuzo. Jajajaja… la verdad es que ahora no la dejo leer pero fue mi primer trabajo con recompensa.
    La familia es muy importante y creo que si me hubieran apoyado en su momento ahora sería una gran escritora.
    La influencia de la familia hizo que me sintiera culpable; ese tiempo ante el papel podría estar utilizándolo en trabajos más productivos en casa y dejé la escritura para mi absoluta intimidad.
    Un día una editorial me ofreció un encargo. Habían visto algo mío y me ofrecían escribir una novela que una escritora había dejado a medio escribir. Buaaaaa… ¡subidón de autoestima!
    Noooo… no lo hice… pero lo importante es que me lo ofrecieron.
    Y es que la familia es tan importante…
    Muchas gracias por tomarte tanto tiempo en este blog.
    Gran labor, Jeremy y Marta.

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  14. Qué crack, chica o chico jajaja
    En serio, es para levantarse (como típica película americana) y empezarte a aplaudir lentamente para que luego se levante todo el mundo de la sala (en este caso internet) y te aplaudan con ganas. Te mereces una ovación.

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  15. Post genial, los extrañaba más que a nada en la red... Y mira lo que fue. Yo aprendí a leer y a escribir antes de ir a la escuela, con seis o siete años, hice mi primer cuento, un fan fict (ahora sé que se llaman así) de "Los Picapiedras" (jejejeje, se me cayó el carnet). Escribí durante mucho tiempo para mí, para mis conocidos, amigos y parte de mi familia (mi tía y mi hermana), nadie me animó a seguir, lo hacía, pero todos decían que no se podía... Hoy, a mis 44 años estoy escribiendo para los demás, comencé hace muy poquito y tenía mucho miedo que todo lo que me dijeron fuera verdad, y en realidad, esto me ha dado muchas satisfacciones, he tenido muy buena acogida, me hubiese gustado empezar antes, tal vez no era el momento, no sé, es algo que siempre me preguntaré, por eso hoy animo a mis hijos a que ellos hagan lo que les gusta, lo que quieren, uno quiere ser artesano y lo apoyo porque tiene mucha facilidad, hace esculturas de un barquillo de helado como si fuera nada... o de un papel o de lo que le den. Mi hija escribe al igual que yo y estamos escribiendo una novela juntas. Y el menor quiere ser Dj y a sus cortos siete años, es capaz de mezclar música con un programa y hacerlo bien. No espero que sean médicos o abogados, yo quiero que sean felices y vayan tras sus sueños y para ellos verme cumplir mi sueño a pesar de mi edad es un gran aliciente. Genial el post, creo que muchos padres deberían leerlo. Gracias Jeremy y a todo el equipo de Soncritores.

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