Un paseo por las nubes

Un paseo por las nubes
Tumbados en el césped, mirando un cielo azul con nubes aisladas, dos jóvenes interpretan las formas.
–Mira, un corderito.
–No lo veo.
–Sí; allí la cabeza, las patas ahí y eso es la cola.
–Ah, sí. ¿Y ésa de allí? ¿No te parece un dragón?

Exactemente. Las nubes no se parecen a nada. Son blancas y sus formas las modelan vientos y corrientes. Pero precisamente por ser tan indefinidas, permiten que nuestra imaginación complete la interpretación.

Cuando escribimos podemos usar pinceladas indefinidas en nuestras descripciones. ¿Te acuerdas de la escena del principio de este post?, ¿los novios tumbados en el parque, disfrutando un caluroso día de verano? Igual hasta has encontrado algún momento similar entre tus recuerdos ¿La imaginabas guapa, con el pelo largo? ¿Él mira el cielo pero también a ella de soslayo y con cariño?

Perdona. La descripción no detalla que sean novios, sólo que son dos. No dice que estén en un parque; tampoco que sea un día soleado de verano. Podrían ser dos chicos, dos reponedores de Leroy Merlin tumbados en un rollo de césped artificial mientras se fuman un cigarrillo antes de entrar otra vez a trabajar... y podría estar sucediendo en una gélida mañana de otoño. No es lo que pretendíamos. Buscábamos la versión romántica, y que tú nos ayudaras con tu imaginación.

El truco está en el equilibrio, decir lo justo para que el lector imagine el resto. Hará que la historia sea 'suya' porque una parte está escrita y la otra nace en su imaginación. Las imágenes que invoca el mismo lector son más reales para él, están hechas a su medida.

Ahora nosotros, Soncritores, estamos imaginándote delante de la pantalla, acabando de leer esta historia... y estás sonriendo.

3 comentarios :